Entre 2001 y 2023, Bolivia perdió por culpa de la deforestación, casi 8 Mha de cobertura arbórea, lo que equivale a una disminución del 12% en apenas 22 años e implica más de 3,68 Gt de emisiones directas de CO2 (dioxido de carbono) a la atmosfera.
Además de la madera para exportación, entre los principales factores que promueven la deforestación está la expansión de las plantaciones de soja. Casi tres cuartas partes de la tala más reciente se ha producido en el departamento oriental de Santa Cruz, que alberga la mayor parte de la producción de soja del país.
Bolivia vive un panorama tranquilo por la norma que prohíbe a los mercados europeos la importación de una serie de materias primas y sus derivados relacionados con la degradación o deforestación de bosques. Hay cuatro productos bolivianos que tienen un buen volumen de exportación a Europa y que están en la mira: la madera, el cacao, el cuero y el café, que en lo que va del año sumaron US$ 24 732 705 en ventas al mercado europeo.
En Bolivia, la Unión Europea (UE) realiza un trabajo de socialización en diferentes partes del país para que la norma no sorprenda a los diferentes sectores de la cadena de exportación. Mientras, el Gobierno boliviano tuvo una “reacción positiva” tras conocer las bases de la normativa europea.
Virginijus Sinkevicius llegó a La Paz el 17 de marzo de 2024. En ese entonces era el comisario de Medio Ambiente de la UE. El funcionario europeo hizo un lobby riguroso en algunas ciudades de Bolivia para socializar con diferentes sectores públicos y privados la ley antideforestación que auspicia la UE. Le fue bien, al menos eso dijo Sinkevicius a los medios bolivianos antes de partir en su vuelo de retorno. En La Paz, la oficina de la UE sigue con la socialización.
“La regulación trata de que los productos que lleguen a la Unión Europea estén libres de la práctica de la deforestación, que no haya de por medio trabajo infantil y algunas reglas que son de beneficio para el mundo entero”, detalló Emanuel Hondrat, Oficial de Programas de la Delegación UE en Bolivia.
Durante 2023, la destrucción del bosque en Bolivia alcanzó niveles sin precedentes, con la pérdida de 696 362 hectáreas, especialmente significativa en el caso del bosque primario, de mayor valor ecológico, con 490 544 hectáreas afectadas. Santa Cruz se mantiene como el epicentro de la deforestación en Bolivia, mientras que Beni, con su bosque amazónico, ha surgido como un nuevo frente agropecuario y de deforestación.
“El problema de pérdida de bosques está alcanzando niveles críticos en Bolivia. A diferencia del chaqueo o la tala manual que se practicaba hasta hace poco, hoy los desmontes son altamente tecnificados. Se emplea maquinaria pesada de diversa índole, principalmente tractores de orugas encadenados entre sí por pesadas cadenas que arrastran por el bosque”, detalla Gonzalo Colque, investigador de la Fundación Tierra. “El resultado es el desmonte a gran escala. En Bolivia, se desmonta a un ritmo de 800 hectáreas por día. Si la mancha urbana de la ciudad de La Paz fuera bosque, desaparecería en una semana”, agrega.
El experto dice que la principal razón de los desmontes en Bolivia es el modelo de agricultura en el departamento de Santa Cruz. El agro mecanizado en esa región crece necesariamente a costa de los bosques, afirma. “La puesta en producción de nuevas tierras implica la conversión de los bosques a campos de cultivos, extensas tierras de pastoreo y grandes predios con pastos cultivados”, resalta Colque.
Pedido de ampliación de plazos
La norma antideforestación de la UE prohíbe la importación y comercialización de materias primas y sus derivados que, después del 31 de diciembre de 2020, impliquen la tala o daño de bosques para su cultivo o producción. Un total de 17 países de América Latina, Asia y África enviaron una carta al Parlamento Europeo, a la Comisión Europea y al Consejo Europeo para solicitar que se amplíe el plazo que vencía este 30 de diciembre de 2024, fecha en la que estaba previsto que comenzará a regir la prohibición.
Esta presión logró que el pasado jueves 14 de noviembre el Parlamento Europeo vote a favor de posponer el plazo de entrada en vigencia de la denominada ley de deforestación cero con 371 votos a favor, 240 en contra y 30 abstenciones. La decisión también incluye la modificación de varias disposiciones de esta normativa europea.
La norma fue aprobada en abril de 2023 y debía entrar en vigencia el 30 de diciembre de 2024 para grandes operadores y comerciantes, y el 30 de junio de 2025 para micro, pequeñas y medianas empresas. Sin embargo, este plazo se ha extendido un año más. Ahora, la ley entrará en vigor el 30 de diciembre de 2025 para las grandes empresas y el 30 de junio de 2026 para los más pequeños.
Las exportaciones bolivianas
En Bolivia la madera y sus derivados son los principales productos de exportación a Europa. Según un informe enviado a Mongabay Latam por el Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), que recoge datos del estatal Instituto Nacional de Estadística (INE), de enero a septiembre de 2024 se exportó US$ 9 434 959 en madera y sus manufacturas al mercado europeo. Esa cifra es muy baja en comparación a la de 2023, cuando se exportó esta materia prima por el valor de US$ 15 047 933.
“El mercado europeo, así como el estadounidense y el japonés, han sido plazas históricamente importantes para la exportación de la madera y sus manufacturas de origen boliviano. En las dos últimas gestiones, la Unión Europea ha recibido decenas de productos madereros”, destacó Gary Rodríguez, gerente general del IBCE, ante la consulta de Mongabay Latam.
La madera boliviana y sus manufacturas tuvieron un descenso del 62.6 % en las exportaciones a Europa respecto a 2023. En esta gestión no se cuentan los meses de octubre, noviembre y diciembre, lo que aumentaría un poco más la cifra de exportación, pero no sería trascendente, según Rodríguez. El principal mercado de la madera boliviana son China y Estados Unidos. En 2023 se llegó a exportar al mercado chino el valor de US$ 24.8 millones y otros US$ 19.5 millones al mercado estadounidense.
En Europa, el principal país que compra la madera boliviana es Francia, nación que en 2023 importó este producto por el valor de US$ 3.8 millones, según datos de la Cámara Forestal Boliviana.
Otro artículo que exporta Bolivia es el cacao, junto a sus derivados. Hasta septiembre de 2024, exportó por un valor de US$ 8 550 046, con un crecimiento de ocho veces más respecto a 2023.
El cuero boliviano es otro material que se exporta a Europa. Se comercializó por un valor de US$ 3 121 891 hasta septiembre de este año, un 28 % menos que en 2023.
El café también es otro producto que Bolivia exporta a Europa. Lo hizo por el valor de US$ 3 625 809 hasta septiembre de este año, un poco menos que en 2023.
“En el IBCE hemos decidido tomar como una oportunidad, antes que como una amenaza, la determinación de la Unión Europea de no aceptar productos que se obtengan bajo deforestación porque, si hacemos bien las cosas, podemos lograr un rasgo distintivo de sostenibilidad en el mercado europeo, siendo que la legislación boliviana es supremamente exigente al respecto”, afirmó Rodríguez.
Luego, el gerente general de IBCE agregó: “En nuestra institución nos manejamos bajo una triple consigna: ‘Económicamente viable, ambientalmente sostenible y socialmente responsable’, y en función de ello estamos llevando adelante el proyecto Vía Verde, precisamente para preparar a empresas del sector agroforestal para que puedan exportar sin problemas, con ese rasgo distintivo a ese mega mercado”.
¿Qué pretende la Ley de la UE?
La ley de la UE no sólo tiene en la mira al ganado, el cacao, la madera y el café, sino también al aceite de palma y la soja, así como los productos que contengan, se hayan alimentado o se hayan fabricado con estas materias primas. En esta lista se consideran, por ejemplo, el cuero, el chocolate, los muebles, el caucho, el carbón vegetal y los productos de papel impreso, así como una serie de derivados del aceite de palma.
Según la Fundación Tierra, solo en el departamento de Santa Cruz, región en el oriente boliviano, el 49 % de la tierra se destina para cultivar soja, que es el principal producto que exporta Bolivia y que en lo que va de 2024 no se vendió a Europa, a pesar de que en 2023 ese mercado compró soja boliviana por el valor de un poco más de US$ 1.6 millones. La razón de este factor es porque Bolivia priorizó sus ventas de soja a países de la región.
Para la diputada María René Álvarez, de la alianza Creemos -opositora al oficialista MAS-, la norma europea es un “paso importante” para cuidar el ambiente boliviano y aseguró que se debe socializar la norma con los diferentes sectores productivos para evitar sanciones en un futuro o el cierre de empresas que se dedican a la exportación de este tipo de productos.
A la ley antideforestación “no debemos verla como algo negativo, como algo que nos puede perjudicar. En el fondo la esencia de esta norma es cuidar el ambiente y frenar la deforestación, algo que en Bolivia venimos haciendo sin ningún tipo de control y con mucha permisividad del Gobierno”, afirmó Álvarez.
Ahora, los productores de madera, café, cueros y cacao de Bolivia se preparan para cumplir los nuevos requisitos establecidos por la UE para luchar contra la deforestación importada y para reducir su impacto ambiental en los bosques. “Esta nueva normativa va a tener un impacto significativo en las exportaciones no sólo bolivianas, sino de toda la región, en particular de los países productores de materias primas”, afirmó Benjamín Blanco, exviceministro de Comercio Exterior e Integración de Bolivia, quien negoció con UE esta normativa.
“En el caso de Bolivia, se ha identificado que esta normativa podría tener alguna afectación en las exportaciones a Europa”, precisó Blanco. En 2023 Bolivia exportó US$ 644 millones a la UE, principalmente minerales, almendra, quinua y maderas. “Lo que nos preocupa es que la lista (de productos a prohibir) pueda ser ampliada, eso introduce factores de incertidumbre”, según Rodríguez.
Buscando alternativas
Jorge Ávila, presidente de la Cámara Forestal de Bolivia (CFB), resaltó que la Autoridad de Fiscalización y Control Social de Bosques y Tierras (ABT) tendrá un rol fundamental en la obtención de certificaciones que avalen que no hubo deforestación en la producción de madera o en la obtención de productos agropecuarios.
Ávila, representante de uno de los sectores más avanzados en materia de trazabilidad, precisó que desde 1997 los asociados a la CFB aplican un sistema de manejo de bosques probado no sólo por el Gobierno sino también por organismos internacionales.
En Bolivia, el modelo forestal comienza con la obtención de una autorización de la ABT para aprovechar un área de bosque de vocación productiva. En esa zona se realiza un inventario de los árboles existentes y se la divide, por ejemplo, en 20 partes, para un ciclo de trabajo de 20 años.
Sólo se opera en una de esas partes por año, donde se cortan las especies que tengan un diámetro mínimo permitido por norma y que hayan llegado al fin de su ciclo reproductivo. Las otras 19 partes no se tocan y se regeneran naturalmente. “El promedio de aprovechamiento por hectárea es de tres a cuatro árboles, por eso no se habla de deforestación”, subrayó Ávila.
El empresario explicó, además, que al sacar un árbol de un bosque tropical -que es muy tupido- se abre un espacio que permite que otros nuevos árboles que morían antes de desarrollarse puedan alcanzar la madurez. “Ya hemos cumplido el ciclo en varios lugares y el resultado preliminar en el área uno es una biodiversidad rebosante y un incremento de madera de entre 10 % y 12 %”, apuntó.
El comisario europeo que llegó a Bolivia regresó a su continente con buenos resultados en las negociaciones, según dijo. “La reacción del Gobierno boliviano ha sido positiva. Me gustaría mencionar que este no es un nuevo tema. Aunque la ley no está vigente, se ha anunciado hace dos años, ya he tenido la oportunidad de reunirme con el vicepresidente (David Choquehuanca) en Bruselas (…) esto es para resaltar que esto es un diálogo constructivo”, expresó Sinkevicius antes de salir de Bolivia en marzo.
“Como cafetaleros hemos analizado este tema y se está trabajando en la trazabilidad para presentarla a las certificadoras”, detalló Hugo Chinchero, presidente de la Coordinadora Nacional de Comercio Justo. El dirigente destaca que preparan los documentos para demostrar que ya no producen café en zonas deforestadas. “Lo que estamos haciendo ahora es sembrar nuevas variedades de café en parcelas que ya han cumplido su ciclo de producción (entre 7 a 10 años). También estamos trabajando en la plantación de especies forestales que se adaptan con el café”, precisó.
El Ceibo, un aglomerado de cooperativas productoras de cacao y la más grande de Bolivia, tiene un mercado asegurado en Europa. Esta empresa, que está ubicada en el norte amazónico de La Paz, asegura que cumple las normativas al sembrar el cacao en zonas que cumplieron su ciclo de producción. “No estamos preocupados por esta normativa, sólo quisiéramos saber algunos aspectos sobre su reglamentación, pero en el Ceibo estamos cumpliendo varios puntos ecológicos y uno de ellos es que no deforestamos el bosque de Alto Beni (municipio del departamento de La Paz) para producir el cacao”, dijo Herminio Mamani, presidente de El Ceibo.
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Publish date : 2024-12-29 21:05:00
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