Tuvo un crecimiento promedio de solo el 2.2%. La baja Inversión Extranjera Directa, la desaceleración de las remesas y el ajuste fiscal del Gobierno son los factores que inciden, según economista.
El Salvador fue el segundo país con el menor crecimiento económico en Centroamérica durante tres trimestres de 2024 (enero a septiembre), según los datos de las autoridades de todas las naciones de la región.
A lo largo de nueve meses del año pasado, el país tuvo un promedio de crecimiento interanual de su Producto Interno Bruto (PIB) del 2.2%. Eso a pesar de que tuvo un inicio prometedor, según los datos del Banco Central de Reserva (BCR), pues en el primer trimestre la economía salvadoreña creció 3.5% con respecto al mismo periodo de 2023.
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El flojo resultado se debe a que en los siguientes dos trimestres (de abril a septiembre) hubo pobres registros: de 1.5% y 1.6%.
El Salvador solo tuvo un mejor registro que Panamá, el que menos creció en Centroamérica en el periodo estudiado (2.1%). Solo que el país canalero tuvo un fuerte crecimiento en 2023 del 7.4%. Es decir que tuvo una especie de efecto rebote al revés, pues cuando un país cuenta con un gran crecimiento en un año, lo más común es que se desacelere al siguiente.
Ese no ha sido el caso de El Salvador, que cerró el 2023 con el 3.5%, menos de la mitad que Panamá.
Ambos países son los únicos en la región que no crecieron más del 3% durante tres trimestres de 2024; faltará ver los resultados del último trimestre. El dato de los demás países puede verse en el gráfico.
Para el economista Otto Rodríguez, hay tres factores que han marcado este bajo crecimiento de El Salvador. El primero es la baja Inversión Extranjera Directa (IED), que es la más baja de todos los países de Centroamérica.
Según el BCR, El Salvador atrajo $196 millones en el primer trimestre de 2024 y $225 millones en el tercero. En el segundo, el saldo fue negativo, de -$34 millones. Es decir que esa cantidad de capitales salió versus a la que entró.
Por tanto, durante nueve meses del 2024, el total de la Inversión Extranjera Directa fue de $387 millones, $145 millones menos que en el mismo periodo de 2023, es decir un 27% de caída.
El segundo factor, según Rodríguez, es la desaceleración del crecimiento en la recepción de remesas. Durante 2024 se registran tres meses (enero, marzo y junio) con una tasa de crecimiento interanual negativa, algo que no sucedió, por ejemplo, en todo 2023. Eso solo sucedió en dos ocasiones en los tres años precedentes.
El tercer factor de peso para el economista es el ajuste fiscal (aumento de ingresos y, sobre todo, reducción de gastos) emprendido por el Gobierno desde junio de 2024, cuando aumentó la velocidad para lograr un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Que el gobierno deje de consumir, si bien es beneficioso en el largo plazo, tiene impactos importantes en el crecimiento económico.
“Por lo tanto, a El Salvador le ha ido mal tanto por el lado del sector productivo, con una menor IED, como del de la demanda, con un menor gasto público y la desaceleración de las remesas”, comenta Rodríguez.
Unas previsiones demasiado optimistas
Tanto Otto Rodríguez como para otros economistas, el bajo crecimiento en tres de los cuatro trimestres de 2024 augura un crecimiento total de alrededor del 2%, mucho menor que las previsiones del Banco Central de Reserva, que lo colocaba en el 4%.
Rommel Rodríguez, de FUNDE, vaticinaba el año pasado un crecimiento del 2.6%. Sin embargo, incluso ese número podría estar sobreestimado si se toma en cuenta que el ajuste del Gobierno (con supresión de plazas de trabajo incluida) se aceleró en el último trimestre de 2024.
Por lo que, para lograr el 4 % calculado por el BCR, se debería tener un crecimiento económico del 9.44 % en el último trimestre. Y tampoco se alcanzará el 3 % calculado por el FMI, pues el alza debería ser del 5.44 % entre octubre y diciembre.
¿Cómo queda una entidad como el BCR al hacer una sobreestimación tan alta y alejada de la realidad?
“El BCR quiere generar, siempre, una imagen positiva. Pero una cosa es querer crear expectativa y la otra es generar las condiciones para el crecimiento”, comenta Otto Rodríguez.
Para el economista, otro factor poderoso para el bajo crecimiento de El Salvador es la desaceleración de la industria, que no levanta la cabeza. Sus números son hoy peores que antes de la pandemia. En noviembre, según datos del BCR, el Índice de Producción Industrial (IPI) fue 2.6% menor que en el mismo periodo de 2023.
Esta caída se explica con la disminución de exportaciones durante todo el año, marcada por una bajada en la demanda de productos desde Estados Unidos.
“Para aumentar las exportaciones debemos aumentar la Inversión Extranjera Directa… no nos ha ido bien, pues el año pasado incluso se retiraron algunas maquilas”, explica Rodríguez.
“Sobre El Salvador dicen que va bien, pero yo lo que veo es hambre. Su pobreza ha aumentado. No tienen inversión, no tienen crecimiento económico. ¿Qué queda? Comer menos, gastar menos”, dijo para El Diario de Hoy el guatemalteco Miguel Gutiérrez, de la Fundación Economía para el Desarrollo.
El bajo crecimiento de El Salvador con respecto a sus vecinos también se puede ver en otros indicadores, como el Índice Mensual de Actividad Económica (IMAE), que es una medición de corto plazo de la dinámica productiva de un país.
Según un estudio de la Secretaría Ejecutiva del Consejo Monetario Centroamericano (Secmca), el IMAE acumulado de El Salvador a septiembre fue el más bajo la región, con el 1.91%.
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Publish date : 2025-01-14 02:48:00
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