Ing. Porfirio Cristaldo Ayala (*)
El atraso ha impedido aprovechar los abundantes recursos naturales, y la estratégica situación del país en el centro de gravedad del Mercosur. Una estructura moderna del SEE transformaría al Paraguay, en poco tiempo, en el corredor energético de la región, interconectando a las redes de gasoductos y los sistemas eléctricos de Brasil, Bolivia, Argentina, Uruguay y Chile. Ello captaría inversiones anuales del orden de US$ 1.000 millones, aumentaría sostenidamente la productividad y los salarios, ampliaría los ingresos del fisco, y crearía decenas de miles de empleos cada año.
La reestructuración del SEE nacional, mediante la creación de un eficiente e imparcial Organismo Regulador, (ORSE), dependiente de un Ministerio de Energía, la modernización y expansión de la ANDE, la apertura de la generación y la venta de energía a la competencia, la instauración del libre acceso de los competidores a las redes de transmisión y distribución, la posibilidad para los grandes consumidores (industrias y comercios) de contratar directamente el suministro de energía con los productores independientes, la regulación eficaz de precios de la transmisión y distribución por el ORSE, y otros cambios, atraerían un verdadero diluvio de inversiones al SEE, tanto en la generación (producción), como en la transmisión y el intercambio regional de energía eléctrica. El Paraguay podría convertirse así, ya no solamente en el Kuwait americano, por ser el mayor exportador de energía eléctrica del continente, sino también en la Suiza de Sudamérica.
Suiza es un país mediterráneo, de superficie reducida y escasa población, y un pequeño mercado eléctrico consumidor. Su capacidad instalada es una mínima parte de la potencia disponible en los países europeos. Sin embargo, la amplia desregulación y apertura de su SEE, sumado a su estratégica situación geográfica en el centro del continente, le han permitido jugar un papel decisivo en la aún incipiente integración de las redes de transmisión de los países europeos. Suiza funciona como un gran corredor eléctrico de líneas de transmisión. Por su territorio pasan 30 grandes sistemas de transmisión de gran capacidad que transportan casi una cuarta parte de toda la energía que se consume en Europa. La caída de un árbol sobre una línea de alta tensión en Suiza, días atrás, ocasionó un gran apagón en casi toda Italia, dejando a 50 millones de personas en la oscuridad. Italia importa gran parte (24%) de la energía eléctrica que consume. La línea afectada transportaba energía desde Francia, vía Suiza.
Pero Paraguay aún no ha reestructurado su SEE. Es el único país de la región que todavía no lo ha hecho, en parte, porque se confunde la reestructuración con la privatización, que es un proceso muy diferente. En la reestructuración, lo que se busca es eliminar los monopolios que impiden la inversión privada en la generación y transmisión de energía eléctrica, frenando el crecimiento del país. Lo que se pretende no es traspasar los activos del Estado al sector privado, sino abrir la generación a la competencia y establecer el libre acceso a la transmisión, tanto por los productores independientes (PIE) y los grandes consumidores, como por los exportadores e importadores que comercializan energía eléctrica en los sistemas interconectados de la región. Hacer lo que hace Suiza.
El mantenimiento de un vetusto e innecesario monopolio en el sector eléctrico, que si bien funcionaba perfectamente en los años 70 y 80, en la actualidad no tiene beneficio alguno; ha dejado al Paraguay aislado de los grandes flujos de energía (gas natural y electricidad) en el Mercosur, debido a la falta de un mercado energético y a la imposibilidad de acceder a su sistema de transmisión, o de construir nuevas líneas de transmisión y gasoductos por la iniciativa privada (concesionarios). Y al no participar del intercambio regional de energía, el Paraguay ha perdido también sus enormes ventajas como el mayor exportador de energía eléctrica. Así, los excedentes normales de potencia y energía en Itaipú, que le corresponden, muchas veces no pueden ser aprovechados y son utilizados por el Brasil, a causa de las limitaciones de su reducido mercado consumidor y las restricciones legales a la integración a los sistemas de la región. En lugar de un corredor, el país se ha vuelto una isla.
La pérdida de inversiones y negocios de transporte e intercambio energético (gas y electricidad) suman a miles de millones de dólares anuales y cientos de miles de empleos. El SEE nacional incluye importantes proyectos privados de generación y transmisión no relacionados al suministro eléctrico a los consumidores nacionales, sino a la integración energética regional. En particular, separadamente a los proyectos de generación que involucran inversiones de productores independientes (PIE), de más de US$ 6.000 millones, el SEE engloba numerosas oportunidades de inversión privada para el transporte e intercambio energético en el mercado regional, incluyendo proyectos de elevada rentabilidad como los que se indican en el cuadro, por más de US$ 1.700 millones. El objetivo fundamental de los mismos es aprovechar las ventajas de la ubicación estratégica del país como corredor energético del Mercosur.
Las líneas de transmisión y los gasoductos servirán para interconectar a Paraguay con Brasil, Bolivia, Argentina, Uruguay y Chile, compartiendo reservas eléctricas y recursos energéticos. Los gasoductos a su vez ampliarán la matriz energética nacional para beneficio de la industria, la agricultura, el transporte y la producción en general. Todos estos proyectos han sido concebidos como obras para la iniciativa privada, sobre la base de las regulaciones vigentes en el Mercosur. Las inversiones en transporte podrán recuperarse con el cobro de peajes por el tránsito de gas o electricidad, de acuerdo a tarifas reguladas, en el caso de las líneas de transmisión, por el ORSE. En la reestructuración del SEE, los sistemas de transmisión (líneas y equipos de una tensión de 220 kV o más) tienen carácter de servicio público, y, si bien, podrán ser explotadas por empresas privadas, la operación de las mismas estará a cargo exclusivo de la ANDE, como único operador del sistema interconectado nacional (SIN).
El Poder Ejecutivo, a través del Ministerio de Energía, deberá realizar las licitaciones públicas para la concesión de las líneas de transmisión, que tendrán una duración de hasta 30 años renovables, con la aprobación del Congreso Nacional. Los proyectos de transmisión a licitarse podrán surgir del Ministerio de Energía y/o de empresas privadas. Estas últimas recuperarán los costos de sus proyectos y en la licitación tendrán derecho a la adjudicación del contrato con un precio de hasta un 10% más alto a la menor oferta (first refusal). La ANDE podrá participar en las licitaciones de concesión de transmisión en igualdad de condiciones, cuando sean de su interés.
La reestructuración debe prever la modernización de la ANDE y la ampliación de sus facultades, incluyendo la generación, transmisión y distribución, la exportación, importación, intercambio y comercialización de energía eléctrica, dentro y fuera del país. Podrá vincularse contractualmente con empresas públicas y privadas, nacionales y extranjeras, y participar de empresas de capital mixto, en joint ventures, y emitir acciones para captar fondos. La ANDE deberá permanecer a cargo de la operación del SIN, cobrando un canon a los agentes que operan en el sector, así como del despacho económico centralizado, y la coordinación con los sistemas interconectados de la región, de acuerdo a las normas del organismo regulador. Esto permitirá la optimización de sus recursos. No debe olvidarse que el mayor activo de la ANDE es su invalorable capital humano de técnicos, administradores e ingenieros altamente capacitados, que están sufriendo al igual que la industria y todo el SEE nacional, el ostracismo natural de la obsolescencia del marco regulatorio eléctrico.
La reestructuración del SEE hará de la ANDE la empresa pujante de otras épocas, permitiéndole modernizarse, crecer y optimizar la confiabilidad y calidad del suministro a los usuarios, y ofrecer a la industria nacional las tarifas eléctricas más competitivas de la región. La inclusión de Paraguay en el comercio y la integración energética regional, no solamente le permitirá explotar todo su inmenso potencial de energía, sino también lo convertirá en la Suiza del Mercosur, trayendo al país enormes beneficios económicos y sociales en términos de inversiones, crecimiento, creación de empleos, aumento del salario real, y mejoramiento sustancial del nivel de vida de la población.
(*) Especialista en temas eléctricos.
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Publish date : 2024-09-14 20:41:00
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